Venezuela

Tierra, fuego, agua y volcán pero nieve y calor humano también.

Temple, coraje y sentir… Mmmm… Que complejo, cuán dificil, que imposible describir un latir de corazón, el respirar de un alma, el zumbido del viento, el llanto de una madre, el crujir de un lamento.

Hace frio, en tierras calientes, la mañana es implacable y el rocío de la madrugada de ha adueñado del amanecer…. Suena un despertador y aun el día está empañado de la noche, el sol no ha saludado las gotas de rocío sobre las hojas del jardín.

Suena un despertador pero esta Solitario, nadie lo atiende, esta solo!!! Quien un día creyó necesitarlo no lo ha necesitado y es que no ha dormido, sus ojos no han encontrado la paz en el pasaje de la noche, su mente no ha descansado y siente un gran pesar… Su corazón se acelera pero a veces también siente desmayar.

Amanece y su mirada es triste, en su corazón hay una esperanza… Un grito sumiso de una vida hambrienta y necesitada de un nuevo comienzo, hambrienta de una luz al final de tanto pesar, han sido días, meses e incluso años terribles… Pero llegó el día, no ha dormido nada, la ansiedad es su compañera, le acompaña y le susurra, le acaricia el alma y le rocía el corazón.

Le invaden sentimientos, alegría porque siente que escapa de tanto dolor, tristeza y dolor porque lo deja todo atrás, cariños, amores y relaciones, todo apego queda atrás y lo incierto de vislumbra.

Esta en un risco y el abismo le espera pero detrás le persigue la trampa y la tragedia, siente que se ahogs en llanto y su mente no lo asimila, lo que mas ama hoy ya no existe más, lo deja atrás y sabe que aúnque persiste la existencia factua y cierta esperanza no existe certeza de nada.

Sabe que es seguro que no verá amaneceres en sus costas ni despedirá el último aliento de sus amores, tampoco recibíra a los nuevos integrantes, ya no existe.

Llego el momento, Venezuela ha quedado atrás, debe llorar, su corazón se parte cual cristal en una fuerte tempestad, su alma esta fragmentada, su piel está rasgada porque Venezuela está tatuada en la piel en el alma y en la mirada, desde el sol de la mañana hasta la vecina poco agraciada y mal humorada, la calidez de sus costas y la ternura de sus abuelas, las empanadas de la playa, las gaitas, llaneras y el tambor.

Venezuela es un poema de sangre que duele en las entrañas.